Para los
Beatlemaniacos, el 13 de Mayo de 1970 marca una fecha agridulce, se estrenaba
en Nueva York la película Let it be, que señalaba el final de Los Beatles, pues no tocaban
seriamente en directo desde 1965. El 2 de Enero de 1969 comenzaron las sesiones de Get back, nombre que originalmente llevaría
lo que se consideraba iba a ser un documental. Musicalmente, las grabaciones
pronto se convirtieron en una pesadilla. Las relaciones personales entre los
miembros del grupo eran pobres, y tocar canciones juntos comenzó a ser bastante
complicado.
Se pudo grabar
mucho material en las sesiones, pero el director estaba frustrado porque no
encontraba el clímax final de la película. Finalmente dio con la idea. El grupo
grabaría un concierto improvisado en la azotea del edificio Apple, donde se
recogerían las impresiones de los espectadores que transitaran la calle en esos
momentos durante sus descansos para almorzar. Al grito de “vamos a hacerlo”, de
un envalentonado Lennon, se disiparon las últimas dudas previas al concierto.
En una mañana ventosa, del 30 de Enero de 1969 en Londres, la banda realizaría
una última memorable actuación durante cuarenta y dos minutos. La policía hizo
acto de presencia e interrumpió el concierto pidiendo que pararan.
Lamentablemente, no los detuvieron por alterar la paz, hubiera sido un gran final
para la película, declaró Ringo tiempo después.
La banda sonora fue
número uno de ventas. Ganó el premio Grammy a la mejor banda sonora y Let it be
fue distinguida con el Oscar a la mejor canción, siendo recogido por Quincy
Jones en representación de los Beatles.
A pesar de las
profundas diferencias Let It Be da la
impresión de que cada Beatle, detrás de su resentimiento aun guardaban profundos sentimientos los unos
por los otros. Tal vez la vida, la fama y la música los hubieran separado, pero
para tocar Let It Be como la interpretan
hace falta un sentimiento especial, que parece estar ahí 45 años después.
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