Si a lo lejos usted escucha a eso de las 2 y media de la mañana, por los altoparlantes de la estación de trenes de Morón, en la provincia cubana de Ciego de Ávila, que va comenzar la venta de boletines del tren 501 que saldrá una hora después para la ruta Morón- Camagüey pudiera no imaginar la cantidad de personas y hechos que aguardan, a lo que pareciera ser un horario descabellado, para un tren que cubre una distancia de apenas 150 kilómetros. Pero las circunstancias del transporte obligan.
Cuando llega el momento de la salida de “El Moronero” —como popularmente se le llama a este tren— y el chirrido de los viejos coches, junto al pitar de su locomotora que por más de medio siglo han cubierto esta y otras rutas, usted se enfrenta a la segunda parte de una aventura, que comenzó horas antes.