Puerto Padre tiene cosas que no las tiene La Habana, ni Matanzas, ni sus hermanas Villa Clara y Camagüey. Oriente en el son es rey, nadie lo va a discutir, pero, si quieren ir a recorrer sus regiones, Puerto Padre, con sus sones, siempre va a sobresalir. A Puerto Padre me voy.(Emiliano Salvador) |
Puerto Padre te recibe como con los brazos abiertos tras llegar a la cima de una modesta elevación que te premia con su Hermosa vista de un mar azul , que puedes divisar desde la carretera que luego se convierte en una avenida o paseo que funge como calle principal con sus casas bonitas, su iglesia, su parque, su malecón, su fortín, y su molino de viento que ¨muele y dispersa¨ ese aroma de mar que embriaga el pueblo con un toque mágico y casi único del Oriente Cubano. Ahí está Puerto Padre como una acuarela abrazada por el océano atlántico y sus playas“ El Socucho “ y “ La Llanita” que conforman el litoral de Covarrubias, lleno de esplendor. Y yo contento de volver y de visitar a mi familia.
Hasta la gran casona de mi prima Zoyla
Aurora Leyva, en la Calle Maceo 145, a un costado de un restaurante llamado ¨El
Ranchón ¨ llegábamos mi mamá y yo, y ella siempre nos recibía con su delantal puesto sobre su gruesa figura
con una sonrisa y sus expresivos ojos azul-turquesa, y me daba un abrazo de
esos que tú sabes que son de verdad porque te transmiten ese sentimiento de
amor verdadero, y yo también la abrazaba con mucho cariño bajo aquel inmenso
portal colindante a la casa.